(Español abajo)
Cuando le preguntaron a Mortimer Adler por qué la sección «Dios» era la más extensa de la serie Grandes Libros del Mundo Occidental (que él editaba), observó perspicazmente que es porque del tema de Dios se derivan más implicaciones que de cualquier otro tema. De hecho, las cinco cuestiones más trascendentales de la vida son éstas:
1. El origen: ¿De dónde venimos?
2. La identidad: ¿Quiénes somos?
3. El sentido: ¿Por qué estamos aquí?
4. Moralidad: ¿Cómo debemos vivir?
5. El destino: ¿Adónde vamos?
Las respuestas a cada una de estas preguntas dependen de la existencia de Dios. Si Dios existe, entonces tu vida tiene un sentido y una finalidad últimos. Si hay un propósito real para tu vida, entonces hay una forma correcta e incorrecta de vivirla. Las decisiones que tomes ahora no sólo te afectarán aquí, sino que te afectarán en la eternidad. Por otra parte, si Dios no existe, tu vida no significa nada en última instancia. Puesto que la vida no tiene una finalidad duradera, no hay una forma correcta o incorrecta de vivirla. Y no importa cómo vivas ni lo que creas: tu destino es el polvo.
No tengo suficiente fe para ser ateo (Prólogo de David Limbaugh) (p. 20). Crossway. Edición Kindle.
Cuando se le preguntó a Mortimer Adler por qué la sección «Dios» era la más grande en la serie de los Grandes Libros del Mundo Occidental (que editó), observó de manera perspicaz que se debe a que surgen más implicaciones del tema de Dios que de cualquier otro tema. De hecho, las cinco preguntas más importantes en la vida son éstas:
1. Origen: ¿De dónde venimos?
2. Identidad: ¿Quiénes somos?
3. Significado: ¿Por qué estamos aquí?
4. Moralidad: ¿Cómo debemos vivir?
5. Destino: ¿A dónde vamos?
Las respuestas a cada una de estas preguntas dependen de la existencia de Dios. Si Dios existe, entonces hay un significado y un propósito definitivos para tu vida. Si hay un propósito real en tu vida, entonces hay una verdadera forma correcta e incorrecta de vivirla. Las elecciones que hagas ahora no sólo te afectarán aquí sino que te afectarán a ti en la eternidad. Por otro lado, si no hay Dios, entonces tu vida en última instancia no significa nada. Ya que la vida no tiene un propósito duradero, no hay una manera correcta o incorrecta de vivirla. Y no importa cómo vivas o lo que creas, tu destino es el polvo.
No tengo suficiente fe para ser un ateo (Prólogo de David Limbaugh) (p. 20). Cruce de caminos Versión Kindle.